Así hemos pasado el día de hoy sábado. Más tiempo en las alturas que en suelo firme. Igualito que Stonehenge, me decían las caras de nuestros Tesoros….:)

Casi 30 atracciones intercaladas con tiendas de comida y juegos, aunque no todas ellas tocaban el cielo. Pudimos combinar riesgo y aventura con algo más reposado. Por supuesto, empezamos con lo fuerte. Hasta me entraban mareos de ver por donde iban a circular. De la que os habéis librado, queridos padres. 🙂

Con mapa en mano, los 7 mosqueter@s (Diego iba por libre con los Teenagers), Eleanor la monitora y Servidora, les dejamos decidir y negociar entre ellos, que planificaran prioridades contando con el interés común y considerando que el tiempo no es eterno. Mucha gestión había por delante.

El día era suyo.  Giros y más giros. Y bajaban de la atracción con todavía más adrenalina si cabe. La pena no disponer de una grúa gigante para disfrutarlos al mismo nivel y tomar fotos del momento. ¿Os imagináis? 🙂

Antes de subir a una nueva montaña rusa, bromeaba con ellos y les hacía medirse para ver si daban el mínimo de altura y tamaño. Les subrayaba seriamente que no estaba segura que dieran con el perfil…. 🙂

También lo pasamos estupendo en las atracciones más suaves o simplemente esperando en que algunas de ellas nos cayera un chaparrón de agua.  En cualquier caso, el día ha estado pasado por agua. Amanecimos con sol y calor y al rato, abrigados hasta los bigotes. This is England.

Les sugerí hacer primero lo fuerte y luego ir a comer. Y así hicimos. Imagino que el asalto a Burger King fue después de haberse comido sus respectivos picnics…van bien provistos.

La atracción que más me gustó porque pude disfrutarlos de cerca fue el tobogán acuático. Las caras y posturas hizo que los que permanecimos bajo, lo hiciéramos tronchados. Alberto, Little Grima, Fran y Luis, se deslizaron a toda castaña. Elena, en el segundo turno, tres cuartos de lo mismo. Los rápidos tampoco tuvieron desperdicio.

Con tanta agua, lluvia y frío…desempolvé el libro de oraciones y empecé con las plegarias para que no se me constipara ninguno. Olvidé incluirme en el pack de peticiones. 🙂

También hicimos paradas para un poquito de shopping y souvenirs. O simplemente dotorear.

Y con la lluvia a cuestas, la adrenalina del vértigo y la satisfacción de haber pasado un gran día, regresamos a nuestros autobuses para llegar al campus justo para la cena.  Antes de irse a su sesión de cine les acompañé a mitad camino y volví a retratarles. Diego se había escapado y Nachete iba terminando su cena. Me encantan. Ellos y las fotos. 

Cuando uno se siente bien, ni el tiempo resulta un inconveniente. Somos un equipo imbatible. YES.

Y con esa sensación de bienestar, me despedí de ellos hasta mañana domingo. Tendremos el «late morning» y volveremos a cargar baterías para nuestra tercera y última semana.

Felices sueños desde una Inglaterra invernal

Pepa Ferrer- Asesora de IDIOMAS en el extranjero