Con la alfombra roja nos recibe la capital británica

The SHARD y Westfield Shopping Center

Como verdaderas estrellas de cine han posado algunos de los Tesoros.

Y es que hoy, subíamos a las alturas. A lo grande. Lo hacíamos desde el SHARD.  Un rascacielos de 95 plantas situado en Southwark, que aloja oficinas, un hotel, apartamentos y acceso a aquel público que desee disfrutar de unas vistas panorámicas de la ciudad.

Es impresionante estar allí arriba sobre todo cuando te planteas que bajo esa mole arquitectónica, circulan millones de habitantes de todas las nacionalidades, etnias y razas… una diversidad de lo más enriquecedora. Lo maravilloso de ésta gran ciudad.

A vista de pájaro hemos disfrutado de su arquitectura y de unas imágenes panorámicas que todavía permanecen en nuestra retina. Hemos tomado tantas fotos como nos ha dado tiempo, y en un descenso de segundos, pisamos de nuevo el suelo dirigiéndonos al centro comercial Westfield

Piernas para que os quiero. Más de 450 tiendas, restaurantes y cafés, nos abrían las puertas. En tiempos controlados y mini grupos de 3 en adelante, todos han aprovechado cada minuto de la locura comercial. Quien más y quien menos, volvió a re activar la economía del país.

Mientras les esperaba en el punto de encuentro, aproveché para observar a la población ciudadana. Esa mezcla de gentes, combinación de atuendos y estilos diferentes, disparidad de edades y apariencias, acentos variados…una integración, por lo menos aparente, de entre todas las culturas. Casi que disfruté todavía más, la panorámica terrenal que me regalaba Westfield London.

Los Tesoros regresaron con puntualidad británica. Imagino que ausentes de lo que se trajinaba a su alrededor, quizá algo jóvenes para darse cuenta que todas éstas pequeñas inmersiones en el extranjero son la base hacia la apertura y aceptación de lo diferente. Tanto con respecto a otras culturas como de la propia nuestra. Se va construyendo junto con el aprendizaje del inglés, los cimientos del mañana en éste mundo cada vez más globalizado.

Regresamos a la paz de la campiña británica. Cenamos nuestra pizza con patatas, ensalada y fruta de postre y tras un previo en el jardín, nos recogimos a nuestras casas.

Un día productivo a la manera de cada uno, con un sol británico casi similar al calor de nuestro Mediterráneo.

Felices sueños desde Upper- Dicker. BEDES

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