Así es.

Vivimos un tanto obsesionados con que el mejor periodo de aprendizaje de un idioma es hasta los 12 años. Y es totalmente cierto. Cuanto más pronto nos iniciemos en su aprendizaje, mejor. Pero que ésto no resulte ser un condicionante.

Para quienes no han aprendido un idioma extranjero en sus primeras etapas,  éste planteamiento desmotiva. Para quienes tuvieron la suerte de aprenderlo en sus primeros años,  pero luego no se preocuparon de mantener activo ese aprendizaje adquirido, que no lo dejen pasar: lo que no se usa, se pierde. Que quede claro.

El periodo sensible para el aprendizaje de un idioma es sin duda en la edad temprana. Si hablamos de la fonética dicen que durante el primer año de vida es nuestro periodo más óptimo y de la gramática, nos enmarcan el periodo ideal entre el nacimiento hasta los 3 años. ¿Qué hacemos aquellos de nosotros que no tuvimos las circunstancias ambientales idóneas para estimular el aprendizaje de los idiomas en edad temprana?

Lo primero, no tirar la toalla.! Nunca es tarde para aprender un idioma aunque nos iniciemos en la edad adulta. La motivación iguala casi en relevancia nuestros patrones cerebrales. Si bien es verdad que con los años perdemos capacidad cognitiva, nuestra plasticidad neuronal es lo que permite que el aprendizaje se pueda dar a lo largo de toda la vida y…cuanto más activos estemos, mayor será nuestra eficacia y resultados. Mejoramos en eficiencia y con menos recursos, somos capaces de ser más efectivos. Porque no olvidemos como aspectos positivos que trae la edad: nuestra experiencia, mayor conocimiento semántico y un considerable bagaje cultural.

Cada uno llevamos nuestra velocidad y a cada uno nos llega nuestro momento para aprender un idioma extranjero. Los puntos de partida son distintos y solo llegaremos al mismo destino si paramos en nuestro aprendizaje. Porque el abandono de la práctica, conlleva la pérdida de lo aprendido.

Así que sugiero, que sin preocuparse en entrar en comparativos, lideremos con motivación nuestro particular itinerario en los idiomas, a nuestro propio ritmo y con nuestras posibilidades.

No hay nada que más me guste, que participar y acompañaros en éstos desafíos. A vuestra disposición, siempre!

Feliz día