No es oro todo lo que reluce

Para crecer, hay que salir de la zona de confort, experimentar el vértigo y perder el control de lo que conocemos. Solo entonces la rueda de aprendizaje continua hacia adelante. Y en eso estamos todos.

Cuando creemos que podemos mantener el tipo, viene el «culture shock» y ZAS, nos visita. Y lo hizo hoy de forma múltiple aunque escalonada. 🙂

Lideraron la movida cómo no, Pildorilla y Polvorín. Cuando estaban ya consolidados, les secundaron nuestras Tesorinas Palomita, Espe y Cande.  Nuestras teenagers y Clara junior, en otra onda. Fueron la gasolina de este primer lunes de semana.

Y es que no es para menos.

¿Quién se atreve a ponerse en su piel a tan temprana edad? Están ahora peleando como leones y leonas ante tanta adversidad temporal. En cuanto asimilen que las dificultades en comunicación, el cansancio acumulado,  las culturas diferentes, horarios, comidas, entorno etc. son motivos más que suficientes para necesitar canalizar un llanto o los que hagan falta, ya no se asustarán tanto de escuchar sus propios sentimientos.

Lo que están haciendo nuestros Tesoros, muchos mayores no se atreven. Eso les digo yo.

Entre terapia y terapia, tuvimos nuestra Assembly matinera, las clases, las comidas y una tarde de deportes varios y sesión de manicura, cerrando la jornada con actividades basadas en la comunicación por parejas. Lo que nos faltaba. Sino quieres té, dos tazas. Más speaking.

Así que, organizó esta servidora un encuentro de chicas en la cocina, para compartir doble dosis de Camomila con limón y facilitar un descanso de calidad. Esas «hierbas mágicas» les dije, que nos harían caer en plancha en la cama. Lo que necesitábamos.

Entre JI JI y JA JA, trago viene, trago va, nos convoyamos con unas risas compartidas. Nuestro Polvorín me reclamó su dosis y me aseguré con su Houseparent que también se la suministraran. Aquí vamos a ir tirando mano de «hierbas» hasta que conquistemos territorio británico. 🙂

Cuánto aprendizaje en el día de hoy. Qué gran oportunidad la mía de disfrutar de su educación y etapa de tránsito hacia el cambio.

Son maravillosos. Todos. Trabajando duro y brillando, aunque la procesión vaya por dentro. Porque no es oro todo lo que reluce.

Felices sueños desde la campiña inglesa.

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