De todo y nada

El «todo y nada», puede significar mucho.

La jornada transcurrió para servidora como «pollo sin cabeza». Trabajo de «tecla» y zooms con España, a penas tuvimos tiempo de intercalarnos con los Tesoros más que para el arranque del día y las horas de la comida. Nuestra dosis de medicina materializada en 40 largos de piscina, era imprescindible. Aprovechamos la hora libre de las Tesorinas para chapotear como sino hubiera un mañana.

La expedición acuática la secundarían las tres. Y la disfrutaron. Tanto que sí. Se sumaron a la estela de nuestra ola.

Llegado el fin de la actividad nocturna, «una noche de misterio», lancé un SOS al ramillete a su entrada en la residencia. ¿De qué hablamos hoy en nuestro relato de la noche? Venían entusiasmadas de tanto enigma por descubrir, y pronto propusieron un post al respecto. Con sus antifaces. Más bellas, imposible.

Pero en realidad, lo que queremos transmitir y compartir es la esencia de lo que se está cociendo aquí. Detrás de esos antifaces: compañerismo, actitud positiva, participación, aprovechamiento, disfrute, aprendizaje de la vida.

Día sí y otro también. Por eso, «todo y nada», viene cargado de contenido.

Mañana nos esperan un par de clases y de cabeza a nuestra última excursión en Brighton. Incursión museística y shopping. A darlo todo.

Mientras,contando los días que nos quedan y estirando como un chicle las horas.

TIC TAC TIC TAC, la cuenta atrás.

Dulces sueños desde una campiña que brilla cada día más. Gusiluces empiltrados.

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