¿Por dónde empezamos a contar?
La jornada de hoy ha sido tan larga como bonita.
Toque oficial de corneta, a las 5.50 am. A las 6.30 am salían del campus nuestros queridos Caco, Mati, Álvaro , Sofí y Davidito. Desde las 4.00 am trajín en el colegio con la marcha de otros internacionales. Desde esa hora servidora, ya estaba desvelada de tanto lloro de despedida de las criaturas.
Con el ojo pegado les dimos un «adios difícil» a nuestros cinco. Estaban resplandecientes. Contentos de volver a casa y compartir con la familia. Un adiós bien bonito. Todos nos sentimos orgullosos.
Mientras, nuestra otra mitad, enrutados a Londres. Un día pasado por agua pero lleno de anécdotas en la capital. Visitaron el Buckinghan Palace, alrededores, y un poco de shopping para mantener la economía británica a flote. Y mientras le daban al tacón, una Itziar que pierde la orientación con sus dos amigas y hay que ir a su rescate, un Vicent que dejó de ser escalador para convertirse en peregrino con esa mochila de 10 kg que nunca vacía, un Juan tan integrado en la comunidad internacional que nos cuesta encontrarlo y un Fer y Álvaro que acoplan como si hubieran hecho tándem de toda la vida.
Ese ha sido nuestro día.
Acudimos con los brazos abiertos a la entrada del campus para verlos regresar en sus autobuses. Tuvimos nuestra tertulia y ese compartir risas e historias, y nos fuimos recogiendo cada mochuelo a su olivo.
Servidora tenía hace dos horas casi terminado éste post. Casualidades que hoy escribíamos en nuestro rincón favorito de la residencia y por ahí pasó nuestro Director de BEDES Dicker. Ambos coincidimos en nuestra pasión por la educación y las personas. Qué dos horas más buenas de conversación. Cerramos el día disfrutando del presente, el aquí, el ahora.
A nuestro gusiluz lo llevamos loco. Mañana toque de corneta a las 6.30 am para nuestro seguimiento de la logística de vuelos de nuestros alumnos. Se une a nosotros súper Álvaro de Badajoz. Hemos puesto ya la alfombra roja.
Los Tesoros han tenido un día feliz. Los que han regresado a sus casas y los que cuidamos aquí con todo el amor posible.
Felices sueños desde territorio británico. Qué afortunados somos.











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