El cielo británico es nuestro
Una semana. Tan solo una semana aquí, y ya volamos.
El fin de semana de excursiones a Londres y Portsmouth fué el colofón a una semana intensa de aprendizaje. Vamos mejorando en el inglés, estamos adaptados de qué manera y disfrutamos de nuestro vuelo. A este paso, regresaremos a Valencia y Madrid, con alas.
Que se lo digan a nuestro Matías.
La jornada arrancó con un contundente English breakfast. Les esperaba la preciosa ciudad costera de Portsmouth con su muelle naval histórico y remate de shopping como sino hubiera un mañana. Quien más y quien menos picó sus primeras compritas. El caso es que todos disfrutaron la escapada.
La cena fue gloriosa. Una pena que los Tesoros estuvieran todavía haciendo la digestión de las hamburguesas con patatas que engulleron en los «Five guys» antes de tomar el autobús para BEDES. Algo le debieron echar a la ternera que llegaron como «chuquis«. Cuando no los pillé volando, me los encontré con guerra de almohadones. Por no decir que la foto de familia me sacó un mechón verde de espera y organización.
Estamos en el ecuador de nuestro campamento para casi la mitad de los Tesoros. Importantísimo canalizar toda esta energía para no perder el buen ritmo en integración, participación en clases y juegos, apertura a otras nacionalidades. Más aún cuando hoy ha entrado una remesa de internacionales nueva. Tenemos la responsabilidad de facilitarles la adaptación y compartir lo aprendido con ellos.
Listos para volar. La velocidad de crucero la marcará cada uno según sus tiempos, experiencias previas, confianza y rapidez en el aprendizaje. A un ritmo u a otro, todos llegaremos a destino. Sobre todo, felices.
Dulces sueños desde una Inglaterra mucho más alegre desde que llegamos.












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